Tal como el autor lo plantea, los espacios virtuales ofrecen nuevas formas de expresión y experimentación lo cual muchas veces se manifiesta en un juego con la identidad personal y la imagen.

Tanto las redes sociales como juegos, nos permiten crearnos a nosotros mismos en un mundo virtual, es decir, la construcción de personaje que vendría siendo un alter-ego de nosotros pero de manera digital. Esto, nos da la habilidad de explorar y jugar con nuestra propia realidad y autopercepción. Pero en algunos casos, este juego y forma de expresión puede llevar a confusiones con la realidad, con la distinción entre lo humano y lo virtual; minimizando el mundo real con las problemáticas que implica y priorizando el entorno virtual que construimos a partir de nuestro imaginario.